Ayer me ocurrió algo que me ha hecho pensar sobre muchas cosas.(Ahora es cuando esto empieza a parecerse de verdad a un blog). Fui a un almacén de pinturas a hacer un compra y al parecer el hombre del establecimiento no está muy habituado a atender a jovencitas risueñas e inocentes como yo. Yo, jovencita risueña e inocente, llego a ser perfectamente consciente del poder que puedo ejercer sobre algunos hombres. Y me doy miedo. Le pido lo que necesito, le hago un chiste, le sonrío agradablemente y el hombre me rebaja el producto y se muestra particularmente amable conmigo (a otro le habría dicho que se leyera las instrucciones pero a tí te lo explico...)
En el coche de mi amiga, que es despistada, haciendo una maniobra que ralentiza el tráfico. Dos camioneros nos miran cabreados tocando el claxon."Sonrieles con cara de tonta L., ya verás como dejan de tocarnos las pelotas". Acto seguido, los camioneros dejan de mostrarse agresivos para retroceder con su vehículo dejándonos más espacio para maniobrar, al tiempo que nos miran con ternura.
Me da que pensar, estas situaciones se repiten muy habitualmente. ¿Qué pasa? Voy a ser una de esas mujeres fatales que consiguen lo que quieren porque hay hombres tan débiles que se dejan manipular. ¿Tengo ese poder? Me da un poco de miedo.....
Y me gusta...... JUA JUA JUA!!!!!
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